Parte III

Aragorn, que iba el primero, se chocó de repente contra el mismo capitán de los elfos de antes, que estaba recogiendo florecillas para ponérselas en el pelo a sus compañeros (costumbre élfica). Estaba tan alarmado que para explicar su situación solo se le ocurrió cantar:

"Ella es una loca loca perdida yo escapo de esta pervertida, necesito asilo un momento

hasta que su voz no se oiga en el viento...(8)"

El recogeflores, aunque flipando, creyó entender que había alguien persiguiendo a la Compañía y por tanto les dio asilo y mandó vigilar las fronteras. Las dos compañeras, al ver que ya seguro seguro no las iban a dejar entrar en el bosque, acamparon donde el río salía del bosque, esperando a que salieran los caminantes...

Cuando por fin salieron remando los mozalbetes, las dos zagalas tuvieron la brillante idea de robarles una las barcas en las que iban para poder darle alcance a Aragorn. Como Irene no sabía nadar, se agarró al cuello de Sara y así avanzaron dos brazadas hasta que empezaron a hundirse sin remedio cual Titanic. Merry las vio hundiéndose, y a pesar de que sabía que al menos una de ellas era una loca acosadora, como era un caballero fue con su barca a intentar rescatarlas. Como ambas mozas no entraban en una sola barca, Frodo, Sam y el horrorizado Aragorn fueron, muy a su pesar, también en su ayuda. Legolas y Gimli, en su barca, estaban demasiado ocupados "conociéndose mejor". El pequeño héroe Meriadoc agarró a la semincosciente Sara y la subió a su barca. Frodo y Sam agarraron cada uno de un brazo a Irene, pero ésta, que se había recuperado muy rápido del ahogamiento al percibir a Aragorn, los tiró de la barca, se subió ella, le robó el remo a Aragorn (que estaba patidifuso), y se alejó remando como una posesa. Los demás no se habían dado cuenta de este secuestro express, si no que habían desembarcado para ayudar a Sara. Ésta, al ver que era Pippin el que intentaba hacerle el boca a boca, lo apartó de un manotazo diciendo: "Contigo no, bicho" y a continuación: "¡Merry, sálvame!". El aludido lo hizo, dejando a su concubino Pippin muerto de celos. Es aquí cuando en el corazón de Boromir empezaron a aflorar los siguientes amargos pensamientos: "¡Jo! ¡Yo no tengo a nadie que me acose!", que tan fatales resultarían en el futuro. Legolas, que estaba allí porque había venido a salvar a Frodo y Sam, de repente se vio asaltado por una duda:

-¿Dónde está Aragorn?-dijo.

Entonces todas las cabezas de los allí presente se volvieron para ver cómo Irene y Aragorn desaparecían en el horizonte, con ella remando a toda velocidad (el espíritu acosador le daba fuerzas) y con él gritando palabras de auxilio...

El espíritu guerrero de Aragorn afloró, y aunque chillar como una cría no es algo muy varonil, eso es lo que hizo. Chilló tan, tan, taaaan agudo, que dejó a Irene aturdida. Aprovechó el momento para robarle el remo y del palazo que le metió la volvió a dejar inconsciente, después remó hacia la orilla y una vez allí, decidió atar a la pequeña acosadora a un árbol para que no volviera a las andadas.

PRÓXIMAMENTE MÁS...